Al leer estos días varios
artículos donde se hablaba de la decisión de la maternidad, supeditada a la crisis en la que
estamos sumergidos y donde se dicen frases como, “Soy una madre desahuciada de
su condición” de María Fernanada Ampuero , “ Las mujeres tienen miedo a que
el embarazo les haga perder un trabajo ya de por sí escaso y mal pagado” de Elvira Lindo y “Nos quieren convencer de que
mejor no tener hijos en esta crisis”
de Cristina Fallaras, he reflexionado, me he entristecido y me he
quedado un poco cabreada.,
Bajo estas premisas creo que si
dejamos en manos del estado esta decisión, ya sea por si o por no, si permitimos que sea el estado
el que nos diga con quien
juntarnos y cuando multiplicarnos, habrá ganado. Nuestras vidas, el presente, el futuro y el deseo ya no
serán nuestros.
Actitudes de entrega de poder por parte de los
ciudadanos son las que por ejemplo ya nos están llevando a retrocesos como la modificación de la ley del aborto o la ya
destrucción de la educación pública.
La entrega de poder nos genera
mucha frustración por no haber sido capaces de tomar las riendas de nuestra vida y pensar que los resultados
pudieron haber sido otros. En algunas ocasiones cedemos y preferimos creer que
será mejor que decidan otros. Porque no estamos seguros o porque sentimos que
no seremos capaces de asumir los resultados.
Como doula acompaño la decisión
de la mujer sin juzgar, informo y oriento a la búsqueda de la necesidad emocional en cada
momento vital de su embarazo. Trabajo
para empoderarla* , para que sea ella quien decida, que clase de parto querrá y como serán los
primeros minutos de vida de su niño .
*”Empoderamiento
proceso por el cual las personas aumentan la fortaleza espiritual, política, social o económica de los
individuos y las comunidades para impulsar cambios positivos de las situaciones
en que viven”.
Mi hija y mi actividad profesional me conectan con la
vida. Me ponen a prueba en cada gesto. Ella con dos años pronuncia pocas
palabras, y una es “elegir” cuando cada mañana quiere decidir qué ropa ponerse
o cuando en la bebeteca busca
libros y decide cual leer. Con las prisas y el día a día debo
confesar me pone a prueba y puedo
llegar a caer en la tentación de no escucharla. Mi mejor enseñanza es dejarla.
Acompañándola y estando a su lado. Transmitiéndole el mejor de los legados: el
ejercicio de la libertad de elección.
Efectivamente, elegir la maternidad como prioridad, por encima de los prejuicios y la carrera profesional, significa empoderamiento y feminismo.
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