Gestos y respiración. Como si de
un ritual de movimientos, giros y silencios las miradas marcaran la coreografía
de lo que en ese instante ella necesita.
Como doula me aplico y recuerdo
en cada nuevo encuentro ciertas consignas. Mis mantras : aclarar mi estado
emocional para no interferir, manteniendo la paz. Responder a las inquietudes
sin opinión. Escuchar que es lo que están realmente preguntando. Ser conciente
que el lenguaje de mi cuerpo dice mucho más que mis respuestas. Aceptar el
camino del otro. La decisión tomada a conciencia. Repetirme que sabiduría es
esperar.
Soy una persona distinta cuando
recibo la mirada de los otros. En
una carrera de relevos sus miradas pasan a ser la mía. Como si este sentido, el
de la vista hasta hoy solo hubiera sido eso, la vista. Cuando los ojos del otro
empiezan a mirar capto su decir mudo. Nace el diálogo ausente de palabras.
Interpretando sin errores el decir en silencio.
Soy una persona distinta después de haber compartido una mañana junto a un grupo de doulas el pasado diciembre en Argentina. Trabajan diariamente en un Hospital de la Provincia de Buenos Aires. Lo hacen de forma voluntaria hace más de dos años dando apoyo emocional e información a las mujeres que van a dar a luz. Un equipo de trabajo que hace guardias de lunes a lunes de 8 am hasta las 20 hs. Reciben a las mujeres que en su mayoría llegan por primera vez a el hospital, sin ningún tipo de control o seguimiento del embarazo. Muchas de ellas menores de edad sin pareja estable. Otras, adultas acompañadas por el progenitor o una vecina. El antiguo hospital esta situado en una zona del conurbano bonaerense con un alto grado de vulnerabilidad social, pobreza e indigencia. A su lado ya esta construido e inaugurado por todo lo alto para los medios de comunicación el nuevo edificio con instalaciones de ultima tecnología. Por ahora vacío y a la espera de su puesta en marcha sin fecha cierta. Contrastes de realidad e ilusión. La incorporación de este equipo de doulas nace a partir de un largo trabajo de Pelusa Moledo que propuso el proyecto. A fuerza de perseverancia después de una año y medio de caminar y golpear puertas logró su aprobación. En la maternidad los recursos sanitarios son escasos. El porcentaje de partos con anestesia epidural es cero, pero no porque las madres elijan tener un parto sin medicalización sino porque no hay un anestesista en planta para colocarla. El defecto hecho virtud. Las doulas están donde hacen falta, en la sala de dilatación, el paritorio y el pabellón a donde llegan las mujeres después de parir. En toda la zona de TPR ( Trabajo de parto y recuperación) Escuchando las necesidades y carencias. Escuchando los relatos de sus recientes partos y la realidad a la que deberán volver en unas horas. Ayudando con la lactancia. Acompañando a esas mujeres que no tienen permitido estar acompañadas- solo en las dos horas de visita diaria-. Para ir a darse un a ducha, caminar o simplemente incorporarse para comer con la dificultad de una cesárea. Están con la mirada, sanan las heridas del alma con la mirada. Por unas horas fui sus ojos.
Soy una persona distinta después de haber compartido una mañana junto a un grupo de doulas el pasado diciembre en Argentina. Trabajan diariamente en un Hospital de la Provincia de Buenos Aires. Lo hacen de forma voluntaria hace más de dos años dando apoyo emocional e información a las mujeres que van a dar a luz. Un equipo de trabajo que hace guardias de lunes a lunes de 8 am hasta las 20 hs. Reciben a las mujeres que en su mayoría llegan por primera vez a el hospital, sin ningún tipo de control o seguimiento del embarazo. Muchas de ellas menores de edad sin pareja estable. Otras, adultas acompañadas por el progenitor o una vecina. El antiguo hospital esta situado en una zona del conurbano bonaerense con un alto grado de vulnerabilidad social, pobreza e indigencia. A su lado ya esta construido e inaugurado por todo lo alto para los medios de comunicación el nuevo edificio con instalaciones de ultima tecnología. Por ahora vacío y a la espera de su puesta en marcha sin fecha cierta. Contrastes de realidad e ilusión. La incorporación de este equipo de doulas nace a partir de un largo trabajo de Pelusa Moledo que propuso el proyecto. A fuerza de perseverancia después de una año y medio de caminar y golpear puertas logró su aprobación. En la maternidad los recursos sanitarios son escasos. El porcentaje de partos con anestesia epidural es cero, pero no porque las madres elijan tener un parto sin medicalización sino porque no hay un anestesista en planta para colocarla. El defecto hecho virtud. Las doulas están donde hacen falta, en la sala de dilatación, el paritorio y el pabellón a donde llegan las mujeres después de parir. En toda la zona de TPR ( Trabajo de parto y recuperación) Escuchando las necesidades y carencias. Escuchando los relatos de sus recientes partos y la realidad a la que deberán volver en unas horas. Ayudando con la lactancia. Acompañando a esas mujeres que no tienen permitido estar acompañadas- solo en las dos horas de visita diaria-. Para ir a darse un a ducha, caminar o simplemente incorporarse para comer con la dificultad de una cesárea. Están con la mirada, sanan las heridas del alma con la mirada. Por unas horas fui sus ojos.
Soy una persona distinta después
de leer mas de cien historias de nacimientos. Junto a un
grupo de compañeros estamos realizando una formación en psicología del
nacimiento dirigida por Ibone Olza. Uno de los trabajos es reflexionar a partir
de nuestro propio nacimiento. Invitándonos a preguntar e indagar. En muchos
casos a quienes no quisieran volver a revivir aquel momento. El olvido de los
detalles son una perla en si mismo. Miramos la película donde somos los
protagonistas armando el guión con retazos de recuerdos ajenos. Soportando
escenas de angustia, dolor, desamparo o impotencia al haber aceptado la
manipulación del poder patriarcal y la prepotencia de los estamentos médicos. Otros
relatos están cargados de dulzura
y frescura, dan un respiro. Crean una atmósfera de esperanza. Nacimientos sin
tanta intervención.El verbo “recordar” lleva dentro
la palabra “corazón” viene del latin recordare.
Que se compone del perfijo re-(de
nuevo) y un elemento cordare
formado sobre el nombre cor,
cordis (corazón) . Antiguamente se creía que el corazón era la sede de la
memoria.
Recordar el inicio de la vida
desde el presente me permite visualizar
un futuro más nítido.
Precioso. Gracias por compartirlo, Carolina.
ResponderEliminarCiertamente, para algunas de nosotras habrá un antes y un después de la formación que estamos realizando.
Desearía que el nuevo camino marchara siempre adelante, salvando los obstáculos y de la mano de cuanto profesional encontremos en el paso, porque, al fin y al cabo, tod@s queremos lo mismo cambiar el mundo a través del nacimiento.
Un abrazo, querida. Ambas sabemos donde encontrarnos..
CONCHA.