Mucho se dice de los gatos y su influencia en el embarazo. En un post muy reciente de El parto es nuestro explican allí muy bien las dudas que se nos suelen presentar.
En esta situación como en muchas otras se suele ser de “gatos o perros “, como si de un derby futbolístico se tratara. Si bien soy de gatos , también disfruto de los perros, de la misma manera que puedo ser del Barça y ver un Real Madrid. Mi niña habiendo convivido con gatos en casa desde la gestación, heredo la misma actitud. Ya se sabe aquello que nos canta el Nano Serrat, en Los locos bajitos, "a menudo los hijos se nos parece".
Cuando vamos de visita a casa de amigos y hay gatos el paseo se vuelve mas atractivo. El domingo fuimos a merendar a casa de Don Iñaki, el gato anfitrión que convive con nuestros amigos. Padres gestantes de una bebe , amantes y aprendices del felino en cuestión. Nos lo dice muy bien Michel Odent en su libro “El bebe es un mamífero” , vivir con gatos va moldeando la personalidad. De ellos podemos recuperar nuestro instinto de nidificación , que nos lleva en una primera etapa a buscar el sitio donde daremos a luz y en el mejor de los casos , a aceptar naturalmente la pérdida de control que supone el comportamiento animal en el parto. Que nuestro cerebro izquierdo ceda el protagonismo al derecho. Para quienes acompañamos en el rol de doula , ser discretas y pasar desapercibidas pero al mismo tiempo ser capaces de detectar cualquier situación de riesgo manteniendo la serenidad, son cualidades que nos deberían enaltecer .Una amiga , osteópata y doula, hace muy poco adopto dos gatos . Quienes estamos a su lado pudimos ver el cambio que en ella se ha producido con esta convivencia, ha entrado a la dimensión felina. Tanto que sus pacientes reclaman por sus gatos cuando no los ven en la consulta.
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